viernes, 25 de marzo de 2016

Lluvia de Ideas


Original de F. Osborn (1963), ha sido desarrollada e investigada intensamente por el reconocido pedagogo D. de Prado (2000) como técnica básica de creatividad. Con un grupo clase, su proceso puede pasar por varios momentos:

 - Creación de un clima de confianza, interés y muy polarizado a la actividad.
 - Comunicación de la consigna y definición del tiempo.
 - Definición clara del objetivo.
- Nombramiento de un/a secretario/a, en un contexto comunicativo creativo y para una mejor motivación.
 - Generación de ideas, durante la cual es menester respetar cuatro reglas dadas por su creador:

 1) Se prohíben las intervenciones destructivas: ridiculizaciones, censuras, gestos hirientes, comentarios sarcásticos, críticas precipitadas… porque inhiben buenas ideas en ciernes o alumbradas.

2) Toda idea es bienvenida, por alejada que parezca, y mejor si es no-convencional.

3) Cantidad es calidad. Cuantas más ideas, mejor.

4) Las ideas pueden responder a la propuesta del docente o elaborarse sobre las respuestas de los participantes, sin que nadie deba molestarse: el conocimiento se desarrolla sobre el conocimiento, venga de uno mismo o de otros. Todas se pueden continuar, alterar, modificar, aumentar, disminuir, variar… y doblar, derretir, evaporar, disolver, endulzar, espolvorear…

 - Moderación de la interpretación, análisis de la viabilidad, valor o utilidad de lo comunicado. Apoyo en los análisis posteriores.
 - Conclusiones, incluido su respaldo o aval necesario.

Para su desarrollo se requiere:


 - Comprender lo que se solicita.
- Aceptar y, mejor, entusiasmarse con los posibles resultados creativos.
 - Una motivación positiva del grupo.
 - Confianza básica en el docente, en la técnica y en sí mismos como generadores de conocimiento. - Buen clima de comunicación.
 - Autoestima y seguridad en sí mismos suficiente. Su duración es variable, dependiendo de los componentes, la motivación, el contenido y la finalidad. Por ejemplo, una tormenta de ideas muy focalizada puede estallar en 30 segundos muy intensos. Con un gran grupo puede durar 10 minutos. Si los alumnos sienten que se aprecia su creatividad, se sentirán motivados para futuras propuestas análogas y experimentarán más intensamente la dinámica. Si el gran grupo es muy amplio puede procederse mediante unos diálogos simultáneos previos o con grupos de 4-6 alumnos, seguida de la técnica de las prelaciones, para favorecer la implicación y evitar que los alumnos se cansen. Se puede ganar en rapidez, pero se puede perder creatividad.


La lluvia de ideas fomenta el conocimiento (nuevas relaciones), desde el inconsciente y el consciente, la memoria y el insight, las aportaciones propias y ajenas, las elaboraciones actuales y las por venir (efecto de Zeigarnick), que pueden ser útiles, buscadas, espontáneas, sin interpretación inmediata, significados, alternativas o soluciones, aportaciones, críticas, etc.
Como los diálogos simultáneos, las lluvias de ideas podrían ser:
1) Evaluativas.
 2) Creativas.
3) Expositivas.
 4) Mixtas.


Herrán, A. de la (2011). Técnicas didácticas para una enseñanza más formativa. En N. Álvarez Aguilar y R. Cardoso Pérez (Coords.), Estrategias y metodologías para la formación del estudiante en la actualidad. Camagüey (Cuba): Universidad de Camagüey (ISBN: 978-959-16- 1404-9). 

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